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El mensaje de Jeremías para los últimos tiempos

05/09/2021

Los profetas del Antiguo Testamento usaron la mayor parte de sus palabras para denunciar los pecados de Israel, y para anunciar el juicio de Dios sobre Su pueblo. Ese juicio se cumplió, en primer lugar, en la cautividad en Babilonia.
Otra parte del mensaje profético consiste en el anuncio de que Dios iba a juzgar también a las otras naciones; que iba a liberar a Su pueblo y llevarlo de regreso a la tierra de Israel, y que iba a levantar el reino del Mesías.

Como los otros profetas, también Jeremías anuncia estas grandes verdades. Como los otros profetas, él escandalizó a los israelitas, prediciendo que Dios iba a permitir su derrota, la destrucción de Jerusalén, y la cautividad. Pero en el mensaje de Jeremías hay una matiz especial que los escandalizó aun más. Él les dijo: «¡Sométanse bajo el yugo de Babilonia!»

«Y será, que la gente y el reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, con espada y con hambre y con pestilencia visitaré a la tal gente, dice el Señor, hasta que los acabe yo por su mano. (…)
Mas la gente que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia, y le sirviere, la haré dejar en su tierra, dice el Señor, y la labrará, y morará en ella. (…)
No oigan las palabras de los profetas que les hablan, diciendo: No servirán al rey de Babilonia; porque les profetizan mentira. Porque yo no los envié, dice el Señor, y ellos profetizan falsamente en mi nombre, para que yo les arroje, y perezcan, ustedes y los profetas que les profetizan.»
(Jer.27:8.11.14-15)

También a los deportados que ya estaban en Babilonia, les escribió:

«Y procuren la paz de la ciudad a la cual los hice transportar, y rueguen por ella al Señor; porque en su paz tendrán ustedes paz.»
(Jer.29:7)

Pero tenemos que entender bien qué significa «someterse bajo el yugo de Babilonia». Algunas de las corrientes autoritarias han usado los pasajes citados para fundamentar su falsa enseñanza de que «tienes que someterte a tu líder, aun cuando él está errado», o «tienes que obedecer a tu líder, aun si él te ordena cometer un pecado». «Someterse bajo el yugo de Babilonia», ¿significaba que los israelitas debían hacer todo lo que Nabucodonosor les ordenaba, incluso adorar a los dioses babilonios?

Daniel y sus amigos nos dan el ejemplo claro de que eso no es lo que significa. Ellos sirvieron a los reyes de Babilonia, sí; pero se negaron a cumplir cualquier orden que contradecía la palabra de Dios. Se mantuvieron fieles a Dios, aun si eso les iba a costar la vida.

También el contexto del mismo libro de Jeremías descarta esa interpretación. En los primeros capítulos, Dios declara a Su pueblo por qué tiene que juzgarlos. Fue precisamente por haber seguido a los dioses ajenos – por ejemplo a los de Babilonia.

«Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está el Señor?, y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en el nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha (los ídolos). Por tanto entraré aún en juicio con ustedes, dijo el Señor, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé.
Porque pasen a las islas de Quitim y miren; y envien a Cedar, y consideren cuidadosamente, y vean si se ha hecho cosa semejante a ésta: Si alguna gente ha cambiado sus dioses, bien que ellos no son dioses. Pero mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. (…) Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen aguas. (…)
Dicen al leño: Mi padre eres tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su opresión dicen: Levántate, y líbranos. ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para tí? Levántense, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.»
(Jer.2:8-11.13.27-28)

Entonces, cuando Jeremías dice: «Sométanse bajo el yugo de Babilonia», él no está diciendo: «Sigan la religion de Babilonia». Mas bien, está diciendo: «Esta es precisamente la razón de vuestro castigo, el que han seguido a los dioses ajenos. Con eso, ustedes han abierto las puertas al conquistador. Ahora sean consecuentes, y lleven también el castigo que les corresponde.»

Y para aliviarles un poco el tiempo del castigo, Dios les manda decir que llegará el tiempo cuando también Babilonia será juzgada, y los israelitas volverán a su Dios:

«Tomada es Babilonia, Bel es confundido, deshecho es Merodac; confundidas son sus esculturas, quebrados son sus ídolos. (…) En aquellos días y en aquel tiempo, dice el Señor, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán al Señor su Dios. Preguntarán por el camino de Sión, hacia donde volverán sus rostros, diciendo: Vengan, y júntense al Señor con pacto eterno, que jamás se ponga en olvido.»
(Jer.50:2.4-5)

Este mensaje es de mucha actualidad, especialmente si lo consideramos a la luz de las profecías del Apocalipsis para los últimos tiempos. Hoy también vivimos en un tiempo de apostasía, donde las iglesias institucionalizadas se han convertido en «Babilonia» y siguen las corrientes del mundo. Por eso «es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios» (1 Pedro 4:17). Ya que la iglesia siguió los caminos del mundo, ese mundo dominará sobre ella y la vencerá (Apocalipsis 13:7), igual como Nabucodonosor dominó y venció sobre Israel.

Cuando veamos suceder eso con toda su fuerza, quizás tendrá que aparecer un nuevo Jeremías que nos diga: «Sométanse bajo el yugo de Babilonia.»
– En el momento actual, todavía no necesitamos este mensaje. Actualmente, hasta donde veo, los cristianos no están en la tentación de rebelarse contra el gobierno mundial. Al contrario, su mayor tentación es someterse a ese gobierno sin cuestionar, sin discernir, sin preguntar por la voluntad de Dios. Aun los que se llaman cristianos, en su mayoría, actúan como si el gobierno secular fuera su salvador. Y es justo por eso que Dios ha entregado las iglesias bajo el poder de ese gobierno.
Pero en algún momento, muchos de los que están en las iglesias despertarán y se darán cuenta de que están viviendo bajo un gobierno opresivo y anticristiano. Entonces, un buen número de ellos querrán unirse a la resistencia política, a los que organizan protestas y revueltas y sabotaje y no sé qué más contra el gobierno, en la esperanza de quizás recuperar así la libertad. Esa esperanza será en vano. Para ese momento es el mensaje de Jeremías. No se rebelen contra la bestia. Lleven el castigo que Dios les ha impuesto. No sigan la religión e ideología de la bestia – eso es lo que ustedes han hecho, y es por eso que vino el castigo. Pero acepten la vida bajo su gobierno; es Dios quien le permitió llegar al poder. Sean como Daniel y sus amigos: Sirviendo fielmente al rey, pero sin comprometer la fe, aunque les pueda costar la vida.

Los cristianos del mundo occidental nos hemos acostumbrado a muchas libertades, a las expectativas de éxito y crecimiento numérico, a un evangelio de prosperidad, y a ser reconocidos en la sociedad. Pero ahora Dios tiene una nueva lección para nosotros: cómo seguir fieles a Él en la cautividad babilónica.

Para aliviarnos un poco este tiempo, Dios nos ha dicho de antemano que también esta cautividad tendrá su fin: El Señor vendrá, juzgará a «Babilonia» y a la bestia, y levantará Su propio reino. (Vea Apoc. cap.15 a 19.) Ya que el capítulo 13 se está cumpliendo, podemos saber que los siguientes se cumplirán también.