La iglesia en la tribulación

Se ha hecho un uso bastante difundido, llamar a la época descrita en Apocalipsis cap.6 a 19 «la tribulación» o «la Gran Tribulación». Por tanto, yo también usaré de vez en cuando esa palabra, aunque por el otro lado tendré que explicar más tarde por qué no me parece del todo acertada.
Ahora, posiblemente muchos lectores de la tradición evangélica dirán que el título de este artículo no tiene sentido, que la iglesia no entrará en la tribulación porque será arrebatada antes. Por lo difundido que es esta idea, expondré primero el origen y trasfondo de esta enseñanza.

Unas notas acerca del dispensacionalismo

El dispensacionalismo es una forma particular de interpretar la Biblia, que tiene actualmente un gran número de seguidores entre los evangélicos. Una enseñanza característica de esta corriente es el «rapto secreto» en ocasión de una «venida secreta» del Señor Jesús, distinta de Su segunda venida en público. Esta enseñanza surgió en la primera mitad del siglo 19. Fue popularizada por John Nelson Darby, uno de los líderes de los «Hermanos de Plymouth»; más tarde por los comentarios de la «Biblia Scofield»; y en tiempos recientes por autores de libros populares como Hal Lindsey y Tim LaHaye («Dejados atrás»).

Los testimonios acerca del origen de esta nueva enseñanza son contradictorios. El mismo Darby declaró (treinta años más tarde) que Dios mismo le reveló estas «verdades», mientras estaba convaleciendo de un accidente a caballo: «… me enseñó que todavía estaba por venir una economía (dispensación) ordenada por Él; un estado de las cosas que todavía no está establecido de ninguna manera. (…) Vi en aquella palabra (Isaías 32) la venida de Cristo para llevar con Él la iglesia a la gloria.» A partir de allí Darby empezó a elaborar, y más tarde a proclamar, las enseñanzas principales del dispensacionalismo:

1. Israel y la iglesia son dos cuerpos tan completamente distintos que un pasaje bíblico que se aplica a Israel, no puede aplicarse también a la iglesia, y vice versa. En particular, las profecías del Antiguo Testamento no tienen (según Darby) ninguna aplicación para la iglesia.
2. La segunda venida de Cristo sucede en dos «etapas» distintas: primero una venida secreta donde la iglesia es raptada, y más tarde una venida pública para el juicio final.

Sin embargo, otro líder de los «Hermanos de Plymouth», S.P.Tregelles (un conocido investigador del texto bíblico), testificó que estas enseñanzas no fueron el descubrimiento original de Darby:

«No sé nada de alguna enseñanza definitiva acerca de un rapto secreto de la iglesia en una venida secreta del Señor, antes que eso haya sido pronunciado en la iglesia del señor Irving como una ‘inspiración’ de – como se suponía – la voz del Espíritu. (…) Esta enseñanza no procedió de las Sagradas Escrituras, sino de algo que falsamente declaró ser el Espíritu de Dios.»

Tregelles se refiere aquí a Edward Irving, el fundador de un grupo carismático que enfatizaba mucho el don de la profecía, pero que se alejaba cada vez más de las enseñanzas bíblicas. En aquel tiempo, Darby estaba en contacto cercano con Irving y sus seguidores, y participó en diversas reuniones y conferencias con ellos. (Sin embargo, más tarde se distanció claramente de ellos.) Hay otro dato en este contexto que llama la atención:

Darby dice que comenzó a enseñar públicamente las enseñanzas dispensacionalistas a partir de 1827. En ese mismo año, Irving había publicado su traducción inglesa de un libro publicado en 1811 en español, «La venida del Mesías en gloria y majestad» por Juan Josafat Ben Ezra. Eso fue el seudónimo del sacerdote jesuita Emanuel Lacunza. Su libro es la primera publicación conocida que contiene esa idea de un «rapto secreto» y de una «venida secreta» de Jesús.

Esta historia nos muestra que las enseñanzas fundamentales del dispensacionalismo se basan en una «nueva revelación» de origen dudoso, y no en una interpretación sana de las Escrituras. Sin embargo, muchos dispensacionalistas usan su sistema de «dispensaciones» como un esquema infalible para la interpretación de la Biblia. O sea, conceden a su sistema dispensacionalista una autoridad mayor que las mismas Escrituras. Este mismo hecho ya debería despertar nuestras sospechas. Una interpretación que se basa en alguna «autoridad superior» afuera de las Escrituras, no puede ser completamente bíblica.

Pero para estar mejor fundamentados, contrastaremos los dos puntos principales del dispensacionalismo con algunos pasajes bíblicos.

1. «Israel y la iglesia son dos cuerpos tan completamente distintos que un pasaje bíblico que se aplica a Israel, no puede aplicarse también a la iglesia, y vice versa. En particular, las profecías del Antiguo Testamento no tienen ninguna aplicación para la iglesia.»

Si existe algún ejemplo «autoritativo» de cómo hay que interpretar el Antiguo Testamento, seguramente lo encontramos en la enseñanza de Jesús mismo y de Sus apóstoles. Allí encontramos que ellos no enseñan principios dispensacionalistas. Al contrario, ellos aplican diversas profecías del Antiguo Testamento directamente a la iglesia:

«Jesús les dijo: Todos ustedes tropezarán en mí en esta noche; porque está escrito: Golpearé al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersados.» (Mateo 26:31)

Esta profecía (Zacarías 13:7) fue pronunciada sobre el (entero) pueblo de Israel, pero Jesús la aplica al grupo exclusivo de sus once discípulos.

«Entonces abrió su mente para entender las Escrituras. Y les dijo: Así está escrito y así tenía que sufrir el Cristo y resucitar de los muertos al tercer día, y ser heraldeado en su nombre arrepentimiento y perdón de los pecados a todas las naciones (no judías), empezando desde Jerusalén.» (Lucas 24:45-47)

Jesús vio entonces en las profecías del Antiguo Testamento el cumplimiento de la Gran Comisión, la expansión de la iglesia cristiana entre todas las naciones no judías.

«Y hablando con franqueza, Pablo y Bernabé dijeron: A ustedes era necesario que primero les fuera hablada la palabra de Dios. Pero puesto que la desechan y no se juzgan dignos de la vida eterna, mira, nos volvemos a las naciones. Porque así nos ha mandado el Señor: Te he puesto como una luz de las naciones (no judías), para que seas para salvación hasta lo último de la tierra.» (Hechos 13:46-47)

Aquí también, Pablo y Bernabé interpretan Isaías 49:6 como una profecía de la misión cristiana entre las naciones. No se les ocurrió la idea de que esta profecía podría estar limitada a Israel.

En Hechos 1:20, Hechos 15:14-17, Gálatas 4:26-27, encontramos otros ejemplos donde los apóstoles aplican profecías del Antiguo Testamento a la iglesia cristiana. – En 1 Corintios 10, Pablo resume brevemente el camino de Israel por el desierto, después de salir de Egipto, y después dice en el verso 6:

«Y estas cosas sucedieron como ejemplos (literalmente «moldes») para nosotros, para que no seamos deseosos de cosas malas … (etc.)»

Entonces, la aplicación de relatos y profecías del Antiguo Testamento a la iglesia del Nuevo Testamento no es algo «excepcional», es un principio general de interpretación: Los relatos del Antiguo Testamento son «ejemplos», «moldes» para la iglesia cristiana.

2. «La segunda venida de Cristo sucede en dos ‘etapas’ distintas: primero una venida ‘secreta’ donde la iglesia es raptada, y más tarde una venida pública para el juicio final.»

Contrastemos eso con lo que Jesús dice acerca de Su venida:

«Porque habrá entonces una gran tribulación, tal que no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni habrá. (…) Cuando entonces alguien les dice: ‘Mira, aquí está el Cristo’, o ‘Allí está’, ¡no lo crean! (…) Cuando entonces les dicen: ‘Mira, está en el desierto’, ¡no salgan! O: ‘Mira, en las habitaciones escondidas’, ¡no lo crean! Porque como el rayo sale desde el oriente y aparece hasta el occidente, así será la llegada del Hijo del hombre.» (Mateo 24,21.23.26-27)

No hay palabras más claras para decir que la venida del Señor será un evento públicamente visible para el mundo entero. Y aun más: ¡que no debemos creer a nadie quien anuncia una venida «secreta» del Señor! – Si en la tribulación hay gente que anuncian la venida del Señor, obviamente Él todavía no ha llegado.
Después continúa:

«Pero inmediatamente después de la tribulación de aquellos días (..) aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán el pecho, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y comisionará a sus ángeles con gran sonido de trompeta, y juntarán a sus elegidos desde los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.» (Mateo 24:29-31)

El último verso citado (31) habla obviamente del «rapto». Este versículo corresponde a 1 Tesalonicenses 4:16-17. Y según el verso 29, esto sucederá después de la «gran tribulación», y en ocasión de la venida pública del Señor.

– Las diferencias de opinión en cuanto al dispensacionalismo probablemente no son decisivos para la salvación o perdición eterna de una persona. Pero la enseñanza de un «rapto secreto» puede causar una «mentalidad de escape» en quienes la creen, de manera que dejan de asumir su lugar asignado por el Señor (sobre todo cuando las cosas se ponen difíciles), y solamente esperan el rapto. La verdadera iglesia del Señor se prepara para tiempos de tribulación.

Etiquetas: , , , , , , ,

Deja un comentario